Buscar este blog

viernes, 30 de septiembre de 2011

LA MECÁNICA DEL PENSAMIENTO

"Todo el día y toda la noche estamos pensando infinidad de cosas distintas. Pasa por nuestra mente una especie de película cinematográfica constante, aunque desconectada.
Entre tantas ideas diferentes, nos detenemos a contemplar, examinar o estudiar algunas más que otras. ¿Por qué? Porque nos han estimulado el sentimiento. Nos han producido un sentimiento de temor o de antipatía, de simpatía o de lástima, un sentimiento de agrado o de desagrado, no importa. El hecho es que por aquel sentimiento, la idea nos interesa, la repasamos más tarde, tal vez la comentamos con alguien. Esto es meditar, y lo que así se medita pasa al subconsciente y se graba allí.
Una vez que se graba una idea en el subconsciente se convierte en un “reflejo”. Tú sabes que cuando el médico te da un golpecito en la rodilla, tu pierna da un salto. Te han tocado un punto sensible y has reccionado ¿no? En esa misma forma, cada vez que ocurre en tu vida algo referente a una de las ideas que están grabadas en tu subconsciente, el “reflejo” reacciona en la forma exacta en que fue grabado. Tú adoptas una actitud de acuerdo con el sentimiento original que sentiste cuando primero pensaste en aquella idea. Los metafísicos llamamos a esto un “concepto”, o sea, una creencia, una convicción.
El subconsicente no discierne. No decide nada, no opina ni piensa por sí solo. No tiene poder para protestar, no tiene voluntad propia. Esas no son sus funciones. Su única función es la de reaccionar poniendo a la orden el reflejo que se le ha dado. Él es, en este sentido, un maravilloso archivador, secretario, bibliotecario automático que ni descansa ni falla jamás. Tampoco tiene sentido del humor. No sabe cuándo una orden ha sido dada en chiste o en serio. De manera que si tu nariz es un tantico abultada; y si tú, por hacer reír a los demás, adoptas el chiste de llamarla “mi nariz de papa rellena”, por ejemplo, como el subconsciente es un servidor exacto, no tiene sentido del humor y sólo sabe obedecer incondicionalmente, tratará por todos los medios de cumplir la orden que le han dado en tus palabras y tu sentir... y verás a tu nariz parecerse más y más a una papa rellena."

Por: Conny Méndez


No hay comentarios:

Publicar un comentario